Análisis por Ramesh Jaura
BERLIN (IDN) – El mantra del Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon, “No más Hiroshimas – No más Nagasakis – Nunca más”, coreado para conmemorar el aniversario de los devastadores bombardeos atómicos de dos ciudades japonesas, aún tendrá que esperar a recibir un mundo libre de armas nucleares. También su “propuesta de cinco puntos sobre el desarme nuclear”, presentada en el Día de las Naciones Unidas, el 24 de octubre de 2008, ha quedado prácticamente en el olvido.
La culpa no es del Secretario General. Mientras el mundo conmemoraba el 71° aniversario de Hiroshima y Nagasaki, el 6 y el 9 de agosto respectivamente, la pregunta en la mente de los defensores de un mundo libre de armas nucleares era: ¿Hay razones para tener esperanza en lugar de desesperación?
La razón de ser de la pregunta es que a pesar de que los dos bombardeos atómicos durante la etapa final de la Segunda Guerra Mundial – con los que murieron al menos 129.000 personas – siguen siendo las únicas situaciones en la historia en las que se usaron armas nucleares durante alguna guerra, nueve países poseen hoy en día más de 15.000 armas nucleares: Estados Unidos, Rusia, Reino Unido, Francia, China, India, Pakistán, Israel y Corea del Norte.
Estados Unidos y Rusia mantienen más o menos 1.800 de sus armas nucleares en situación de máxima alerta, es decir, listas para ser puestas en marcha, luego de una advertencia, en cuestión de minutos. La mayoría son mucho más potentes que las bombas atómicas lanzadas sobre Japón en agosto de 1945.
El problema es más amplio porque, como señala ICAN (Campaña Internacional para Abolir las Armas Nucleares), cinco países europeos permiten el transporte de las armas nucleares estadounidenses a través de sus territorios como parte de un acuerdo de reparto nuclear de la OTAN, y aproximadamente dos docenas de otras naciones afirman que dependen de las armas nucleares de Estados Unidos para su seguridad.
Además, hay muchos países con reactores de energía nuclear o de investigación que pueden ser desviados para la producción de armas. La difusión de la tecnología nuclear ha aumentado el riesgo de que más naciones desarrollen la bomba.
Teniendo esto en cuenta, Ban dijo el 6 de agosto, en un mensaje enviado a la ceremonia de Memorial de la Paz en Hiroshima, Japón, por Kim Won-soo, Alto Representante de la ONU para Asuntos de Desarme: “El mundo necesita el espíritu Hibakusha más que nunca.”
Se refería a la determinación y la perseverancia de los sobrevivientes de los ataques atómicos de Hiroshima y Nagasaki en 1945, como un ejemplo para la defensa de la paz y la búsqueda de un futuro mejor para todos.
De hecho, los Hibakusha han convertido su tragedia en un grito de guerra para la humanidad. Ban continuó señalando que han compartido sus historias, por lo que nunca será olvidado el horror experimentado por Hiroshima.
“Se han convertido en verdaderos campeones de la paz y por un mundo mejor”, dijo, subrayando que este es el espíritu que se necesita ahora en un mundo donde las tensiones están aumentando y donde se hace difícil encontrar un progreso hacia el desarme nuclear.
“En este sobrio memorial (de la paz), les pido a todos los Estados que presten atención al mensaje de los Hibakusha y superen sus diferencias para impulsar la voluntad global a favor del desarme. Esto es esencial para la cooperación pacífica”, dijo Ban, explicando que los estados con armas nucleares tienen una responsabilidad especial para evitar otro Hiroshima.
Ellos deben cumplir sus compromisos y abrir el camino para el diálogo, dijo, y pidió a todos los Estados que encuentren un terreno común a través del diálogo inclusivo.
Puso especial énfasis en que el bombardeo de Hiroshima muestra que las armas nucleares no discriminan entre género, edad, religión, ideología o nacionalidad. “Vamos a mantener el esfuerzo en conjunto para un futuro a salvo y más seguro, y un mundo mejor para todos. Pueden contar conmigo para seguir difundiendo su mensaje: No más Hiroshimas. No más Nagasakis. Nunca más”, concluyó.
A medida que los Hibakusha se hacen mayores, una nueva generación debe asumir el papel de los mensajeros de la paz. El mensaje del Secretario General dejó en claro que la ONU se puso de pie con los jóvenes en el esfuerzo por lograr un mundo libre de armas nucleares.
“Hago un llamado a los jóvenes promotores de la paz de Nagasaki a ponerse a la altura del desafío y asegurarse de que el sufrimiento causado por las armas nucleares no se olvide nunca”, continuó, agregando: “Corran la voz con sus pares de todo el mundo. Su generación no inventó las armas nucleares, pero puede ser la generación que las elimine”.
La sobreviviente más conocida de Hiroshima y activista por la paz, Setsuko Thurlow, una niña de 13 años que vivía en Hiroshima cuando la primera bomba atómica fue lanzada el 6 de agosto de 1945, tiene un mensaje similar para el presidente Obama en una carta que le escribió en junio:
“Presidente Obama, únicamente usted tiene el poder para lograr un cambio real. Éste podría ser su legado. Marcar el comienzo de una era de desarme real, donde el levantamiento de la amenaza de una guerra nuclear podría aliviar a todas las personas haciendo que vivan sus días en paz. Qué cosa tan preciosa que es aquello. Es digno de ser protegido, y luego extendido a todos los niños’.”
Presentando una agenda de tres puntos, Setsuko Thurlow escribió: “Si usted realmente quiere apresurar el “despertar de nuestras conciencias” haciendo del desarme nuclear una realidad, aquí hay tres medidas inmediatas:
“1. Detener el boicot de EE.UU. a las reuniones internacionales de desarme nuclear y unirse a los 127 países que han respaldado la promesa humanitaria destinada a crear un nuevo instrumento jurídico y las nuevas normas de un tratado de prohibición de armas nucleares como un primer paso en su eliminación y prohibición.
“2. Dejar de gastar dinero para modernizar el arsenal nuclear de EE.UU., la asombrosa cifra de $1 billón en las próximas tres décadas, y utilizar este dinero para satisfacer las necesidades humanas y proteger nuestro medio ambiente.
“3. Retirar a las armas nucleares del estado de máxima alerta y revisar el envejecimiento de los sistemas de mando y control que han sido objeto de investigaciones recientes, evidenciando una cultura de negligencia y una alarmante regularidad de accidentes con armas nucleares.”
Queda por ver si uno u otro punto de la agenda que Setsuko Thurlow ha propuesto al presidente Obama, se realizará.
Sin embargo, el Washington Post informó el 4 de agosto de 2016: “El presidente Obama ha decidido buscar una nueva resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que pediría el fin a los ensayos nucleares y el apoyo al Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares (TPCE).
Esto fue una consecuencia del informe del 10 de julio, donde figuraba que el presidente Barack Obama planeaba implementar al menos una parte de su querido programa nuclear a través de una serie de acciones ejecutivas durante los próximos meses, antes de dejar la Casa Blanca.
Estas opciones incluían la declaración de una política de “no primer uso” para el arsenal nuclear de Estados Unidos y una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU afirmando la prohibición de los ensayos de armas nucleares, conforme a lo previsto en el TPCE.
Sin embargo, el alcalde de Nagasaki, Tomihisa Taue, en su Declaración de la Paz, presentada el 9 de agosto en la ceremonia anual en el Parque de la Paz de Nagasaki, dio unos pasos más allá y dijo que los nuevos marcos dirigidos a contener la proliferación nuclear son necesarios si la humanidad ha de ser impedida de destruir su propio futuro. “Ahora es el momento para todos ustedes de reunir, como sea posible, la mayor cantidad de sabiduría colectiva y actuar”, dijo.
En comparación con una declaración similar dada tres días antes por el alcalde de Hiroshima, Kazumi Matsui, Taue fue más directo tanto en sus propuestas de medidas para lograr un mundo libre de armas nucleares, como en sus críticas al gobierno japonés, indicó la agencia de noticias japonesa, Kyodo.
Taue culpó a la política de Japón de abogar por la eliminación de las armas nucleares mientras que confían en los EE.UU. para la disuasión nuclear. Instó al gobierno a llevar a cabo los “tres principios no nucleares” jurídicamente vinculantes en el Japón de la post guerra: no producir, poseer o permitir armas nucleares en territorio japonés.
Adicionalmente, Taue presionó aún más al gobierno a trabajar para crear un “Zona Libre de Armas Nucleares al Noreste de Asia ‘(NEA-ZLAN), como marco de seguridad que no se base en la disuasión nuclear.
Por su parte, el primer ministro Shinzo Abe, en sus discursos con motivo de los aniversarios de Hiroshima y Nagasaki, se comprometió a seguir haciendo varios esfuerzos para lograr un “mundo libre de armas nucleares”, no mencionó ninguna medida concreta.
De hecho, las declaraciones sonaban huecas, especialmente mientras Susi Snyder, Directora del Programa para el Desarme Nuclear para Pax Christi, en los Países Bajos, recordó en una contribución para ICAN que los Jefes de Estado y de Gobierno que participaron en la cumbre de la OTAN en Varsovia, Polonia, los días 8 y 9 de julio, estuvieron de acuerdo con una serie de documentos y declaraciones que no señalan la posibilidad de prohibir las armas nucleares.
“Mientras que la mayoría de los países de todo el mundo están listos para terminar el peligro que representan las armas nucleares y para iniciar las negociaciones de un tratado de prohibición de armas nucleares”, Snyder escribió, “ambos documentos de la OTAN (Comunicado de la Cumbre y la Declaración de Seguridad Transatlántica de Varsovia). reafirmaron el compromiso de la OTAN hacia las armas nucleares, y el Comunicado incluyó un retorno al estilo del lenguaje propio de la guerra fría en relación al intercambio nuclear.” [IDN-InDepthNews – 10 de agosto de 2016]