Por Xanthe Hall*
BERLIN | VIENA (IDN) – Cerca de mil personas se reunieron en la sala de conferencias en el majestuoso palacio de Hofburg en Viena para dos días completos de debates sobre un tema inenarrable e inimaginable – el impacto humanitario de las armas nucleares. Esta fue la tercera de una serie de conferencias patrocinadas por gobiernos que tienen lugar fuera de la ONU, las dos primeras se celebraron en Noruega y México.
Se considera que el creciente número de Estados que participan en estas conferencias es una muestra de su eficacia tanto en la creación de conciencia sobre el carácter inaceptable de las armas nucleares como en generar presión a favor del desarme nuclear.
Unos ciento sesenta Estados enviaron sus representantes, entre ellos Estados Unidos y el Reino Unido que participaban por primera vez, para disgusto de Rusia y Francia, que resueltamente siguen sin participar. Al final de la conferencia, Austria se comprometió a trabajar para cerrar el “vacío legal” que conduciría a la prohibición y la eliminación de las armas nucleares, invitando a otros a unirse a ellos.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Austria hizo lo imposible para esta conferencia. En la sesión de apertura, el joven ministro Sebastián Kurz pidió un nuevo impulso para un avance concreto en el desarme nuclear global.
Los mensajes de alto nivel del Secretario General de la ONU y del Papa marcaron la pauta. El Papa Francisco alentó a las víctimas de armas nucleares a ser las “voces proféticas” que alertan de la posible destrucción de “nosotros y la civilización”.
Una larga lista de figuras prominentes envió una carta al Ministro de Relaciones Exteriores de Austria, para compartir la convicción de que se está subestimando el riesgo que suponen las armas nucleares, y que éste debe reducirse. El presidente del Comité Internacional de la Cruz Roja dijo que nuevos informes confirmaron su ya conocida conclusión de que, en caso de una explosión nuclear, no habría opción de proporcionar ninguna ayuda o alivio adecuado.
Setsuko Thurlow, “hibakusha” (superviviente de la bomba nuclear), relató su historia personal de pérdida y sufrimiento y la sala entera sufrió con ella.
“A es para átomo, B es para bomba. C es para cáncer, D es para muerte”
La sesión de apertura introdujo de esta forma los principales temas de la conferencia, que luego se trataron en profundidad en las siguientes sesiones sobre impactos de las explosiones de las armas nucleares, pruebas nucleares, riesgos y escenarios.
A las presentaciones científicas se fueron intercalando testimonios de “downwinders” (víctimas de las pruebas nucleares). Michelle Thomas, miembro de HEAL Utah, en silla de ruedas, dio un apasionado discurso sobre su infancia en medio de la radiactividad de más de cien pruebas nucleares en superficie y de cómo su comunidad fue devastada por el cáncer y otras enfermedades. Habló de su vergüenza por el activismo de su madre hasta que ella misma se dio cuenta de que no era el enemigo de la Guerra Fría, sino que “nuestro propio país estaba bombardeándonos hasta el infierno”. La gente le preguntó si no tenía miedo de hablar con tanta fuerza contra el gobierno, y respondió: “ya me mataron”.
Durante la sesión de preguntas y respuestas, después de tres testimonios de mujeres sobre la destrucción de sus tierras, la subsistencia y la salud, el representante de Estados Unidos cometió un grave error de juicio. Pronunció un discurso, a pesar de que la Presidencia había pedido claramente a los estados que no lo hicieran hasta el día siguiente. El representante de Estados Unidos optó por no pedir disculpas a los “downwinders” para su sufrimiento, dejando claro a todos en la sala que no pensaban desviarse de su lista de tareas para aumentar el impulso para el desarme nuclear.
Las armas nucleares son demasiado crueles para tolerarlas
En el segundo día de la conferencia, un panel sobre Derecho Internacional Humanitario (DIH) concluyó que el uso de armas nucleares violaría el Derecho Internacional Humanitario vigente y el Derecho Medioambiental, a pesar de que no existe una prohibición específica. La fascinante ponencia de Nobuo Hayashi, de la Universidad de Oslo, se adentró en las dimensiones éticas y morales y concluyó que, al igual que la tortura – que estaba en la mente de todos, aquel día después de la publicación del informe del Senado – las armas nucleares son “demasiado crueles para tolerarlas”. Ahora “ya no vivimos la era en que la humanidad se sentía obligada a quedarse secuestrada por su propia supervivencia”, y es el momento oportuno para aliviarnos de este sufrimiento innecesario.
La sección dedicada a las declaraciones políticas tomó cinco horas y avanzó a duras penas, sin una pausa para el almuerzo y sin traducción parte del tiempo. Cien estados tomaron la palabra para compartir sus pensamientos y sus conclusiones. De vez en cuando una declaración de la sociedad civil lograba disolver el tedio, sobre todo a partir de la súplica de Richard Lelanne, “Wildfire’s ‘Chief Inflammatory Officer”, quien pidió a los Estados no poseedores de armas nucleares que dejaran de quejarse y que avanzaran por su cuenta hacia la prohibición de las armas nucleares.
Los llamados “estados comadreja” (aquellos bajo el “paraguas” nuclear de los EE.UU.) fueron recibidos por una comadreja gigante que apareció en el vestíbulo cuando salieron para un descanso. Lelanne comparó los estados con armas nucleares a los alcohólicos, poseído por sus armas, e instó a los estados libres de armas nucleares a que no apoyen su hábito.
La declaración ICAN fue presentada por el joven director de ICAN Austria, Nadja Schmidt quien llamó a un proceso “abierto a todos, y que nadie pueda bloquear”, que lleve a la prohibición de las armas nucleares.
La iniciativa humanitaria tiene como objetivo poner en el centro del debate los efectos de las armas nucleares, en lugar de los intereses de seguridad nacional. Estas conferencias han tenido su eficacia. Ucrania, sin embargo, estaba tan atrapada en su actual conflicto que no pudo dar un paso fuera de su planteamiento y se entregó a un ataque verbal contra Rusia.
El Reino Unido llegó incluso a decir que los efectos humanitarios ya estaban claros en 1968 y que una prohibición o un calendario para la eliminación podría poner en peligro la estabilidad estratégica, por lo que preveían mantenerse aferrados a sus misiles “todo el tiempo que fuera necesario”.
El “Compromiso de Austria”, fue el principal resultado de la conferencia – una herramienta que permite a los países manifestar su disposición a iniciar un proceso que conduzca a la prohibición y la eliminación de las armas nucleares.
Es poco probable que se pueda conseguir algo más antes de la Conferencia de Revisión del Tratado de No Proliferación en la primavera de 2015. Sin embargo, y a menos que haya algún resultado de la conferencia de Nueva York, algo que muchos consideran poco probable, Austria podría aprovechar el apoyo acumulado a través de su compromiso para poner en marcha negociaciones con o sin los estados nucleares. Ya que el próximo año se conmemorará el 70 aniversario de los bombardeos nucleares de Hiroshima y Nagasaki, este podría ser un momento apto para empezar a conversar sobre la prohibición.
* Xanthe Hall es Activista del Desarme de IPPNW Alemania | IPPNW Alemania. [IDN-InDepthNews – 11 de diciembre 2014]